Contexto
Durante las últimas décadas, el término competencia digital ha adquirido cada vez más relevancia en el ámbito de la sociedad del conocimiento: con más frecuencia se demandan a los ciudadanos mejores competencias digitales debido a la gran presencia de Internet y de las redes sociales tanto en el mundo laboral como en la vida diaria.
Con este objetivo, la Recomendación del Parlamento Europeo y del Consejo del 18 de diciembre de 2006 sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente (2006/962/CE) incluyó las competencias digitales a través de 8 habilidades clave identificadas como fundamentales para la ciudadanía en la sociedad del conocimiento. Además, durante los últimos años, la UE ha sido promotora de muchos programas e iniciativas, como la Agenda de nuevas cualificaciones y empleos o la Coalición para las Competencias y Trabajos Digitales. También, se han desarrollado marcos conceptuales en competencias digitales, como el Marco Europeo de Competencias Digitales para la Ciudadanía (DigCom 2.0), que describe aquellas competencias digitales necesarias para la sociedad del conocimiento y el mercado laboral, así como la forma de adquirirlas.
Es indiscutible que las redes sociales ya no son solo un medio para estar en contacto con amigos y familiares, sino también un canal de comunicación muy relevante en el sector empresarial: un ejemplo práctico es el cambio relevante en la forma de las empresas de seleccionar y contratar trabajadores, ya que hoy en día los profesionales de Recursos Humanos consideran las redes sociales como una herramienta efectiva para encontrar el talento adecuado que están buscando. Además del alto interés en los procesos de selección, hay otras ventajas de usar las redes sociales como canal clave para seleccionar empleados, como bajos costes y la velocidad de respuesta.
Ahora, para funcionar de manera eficaz en una sociedad digital, se necesitan más que habilidades digitales básicas. Según datos de Eurostat (2017 y 2019), alrededor del 50% de la población de la UE puede considerarse insuficientemente cualificada en términos digitales, es decir, tiene competencias digitales bajas o básicas. Está claro que los trabajadores necesitan adquirir competencias digitales para lograr mejores oportunidades laborales, así como desempeñar de una forma más competitiva su trabajo, en un mercado global que requiere cada vez más conocimiento digital desde la fase de búsqueda de empleo.
Es en este contexto que nace el proyecto LINK-UPS – Social Media for Upskilling Unemployed and Low Skilled Adult Workers for Digital Society (2018-1-PT01-KA204-047429), que busca desarrollar las habilidades digitales de personas desempleadas o con baja cualificación, principalmente mayores de 45 años, a través de herramientas innovadoras con el objetivo final de así reforzar su acceso al empleo.